Se dibujó una sonrisa en mi mente e imaginaba lo siguiente:
Seré la víctima más feliz del mundo el día en que me roben un libro en vez de mi celular.
He de encontrar la verdadera paz, la paz que es gratis, el día que se me invite a entrar a un corazón y no a una iglesia.
El día que se me apunte con un abrazo, ahí mismo he de sentir la calma perdida que mis ojos ciegamente no pudieron ver.
Sé que un día que veré pelar a un rico una papa de la manera en lo lo hace el pobre, ahí me daré cuenta que el muro de las clases sociales se calló.
La lluvia ha de ser la única que baile sobre nuestras mejillas, las lágrimas quedarán solo para ser contadas en el ayer.
Las infidelidades dejarán de existir ya que estaremos (al fin) seguro de nuestros deseos.
La brisa ya no será algo que anhelaremos en un día acalorado, ella reposó dentro de nosotros y al fin le permitiremos actuar.
El día que lo único que se piratee sea el afecto para la vida misma... he de sonreír.