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Con tentaciones y tientas a mi alma,
desde que el frío fundió en calores...,
extremos de codicia con temores,
y tientas a mi alma con pecados,
desde que la noche llego con la oscuridad,
queda desnuda mi alma sin compasion,
desde que el sol dejo de asomarse,
y llego la tempestad en eternidades,
y la gran potestad de la noche a mirar sin luz...,
a mis ojos llenos de frívolo deseo,
desde que la tormenta cayó como relámpago,
en mi cielo azul como tormento de furia,
y el fuego acecha con bifurcar la euforia,
de un nuevo comienzo desde que llegó sin escapatoria,
la gran autoestima en grandes falorias,
de un nuevo rumbo con destrezas de atiborrar,
lo que queda en manos sin calores sino con frioleros,
en deshumanización inconclusa de llegar a borrar,
lo que en cada noche se vé... cómo tientas a mi alma.
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