Por un segundo volví a sentir esos pequeños jolpes.
Eran pausados y constantes.
Al pensar en ti, en tu ojos, en tu mirada.
En tu perdición, en tu voz.
De tan solo permanecer a tu lado inerte, y esperar que la mañana nos toque, y esperar que la noche desparesca.
Cómo ese pájaro nocturno sin nombre, cómo esa rosa sin luz, como ese girasol sin sol.
Eran constantes y pausados.
Como rió que fluía en la noche, y se perdía en el silencio.
Esta noche volví a sentir esos pequeños jolpes en mi pecho.