Patria
cobijo de menesterosos
consuelo de desesperados
sangre de guerreros
justicia de derechos amparados tras los velos de un país perdido.
País anclado entre montañas bendecidas de blanco
nacidas de sangre y de esperanza de ríos
Hogar de pumas y culebras de sometimiento
y de casas sudadas de adobe incrustadas en periferias de cerros.
Suspiro de pueblo,negando su voz
acallando su gritar por chauchas de monedas
Dueños de tierras forjadores de fronteras
sobre la cual se pare patria en honduras de almas humilladas sin ley.
Germen de trigo sembrando a su haber
lodazales de penurias y fosas usurpadas de nombres
regares de negligentes que se niegan a oler el hedor que pudre corazones.
Tras revoltijos y masacres nace la historia
penetra como balas de pólvora y cañones de tanques que destruyen todo a su pasar
el néctar de las uvas
el polen de las amapolas
las hojas de las calas
los pistilos de la rosa y el tallo del loto
Cuando las ideas se confrontan nacidas a la luz de lontananza
del mirar de cada cual y el odio brota de la impotente incertidumbre
que se alza como árboles de selva entre el albergar y su llegar.
Destrucción del olvido y pasión del miedo
he ahí la patria que se pierde entre medio de insensatas luchas por el poder
vigilando con fusiles que ninguna margarita florezca entre medio del prado
sobre misteriosas arenas del desierto
que esconden el cántico del deseo de todos...
22/08/15 Lorena Rioseco Palacios
Autora y declamadora
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