53.
EL REY Y EL SABIO
En un pequeño reino de la antigüedad paso alguna vez un sabio, que tenía la forma de resolver todos los enigmas que se le plantearon.
El rey, que era un hombre de gran temperamento, dominado por sus pasiones, lo mando llamar y le pidió que le diera una formula para la felicidad.
El sabio se retiró algunos meses hasta que volvió al reino y le regalo al rey un anillo y en él, una frase para que la leyera en los momentos de mayor euforia, de mayor éxito, así como en los momentos de mayor amargura, derrota y depresión.
No paso mucho tiempo en que, sus súbditos y el resto de habitantes, empezó a notar que el rey en sus mejores y peores momentos miraba su anillo y leía aquella inscripción. Esa costumbre lo iba transformando en un hombre más sabio y justo, con mucha mayor capacidad de gobernar.
Trascendió incluso en el reino que en la inscripción interna del anillo del rey había solamente tres palabras. Cuando murió el rey los habitantes del reino quisieron saber cual era la frase que había transformado la historia del rey y de alguna manera la de ellos también.
Fueron a ver el anillo y en su parte interna encontraron estas tres palabras: \"Esto también pasará\". Todos recordaban que el rey las leía en los momentos de triunfo, dolor y decepción, y le daban la posibilidad de poner los pies en la tierra.
En unos y en otros momentos le significaron la posibilidad de mirar en su interior y, desde el sentido del éxito interno, encontrar la ansiada fórmula de la felicidad.