Después de tanta música, este chorro
tan tibio que nos cubre así abrazados.
La ducha nos bautiza enjabonados;
bajo el agua bendita te recorro.
¡Qué limpio es este amor; no necesita
más ostia que dos lenguas y dos bocas!
¡Qué sucio y bajo, vuelves, me provocas
a que otra escaramuza te permita!
Después de tanto chorro, otro concierto
en vivo. Ya hemos roto la cortina.
Con el desbarajuste hasta la tina
de agua bautismal ya se ha cubierto.
¡Qué limpio es este amor; yo me divierto!
¡Qué sucios; este baño no termina!