La clave del buen escribir es enamorarse un montón de veces y en pocas tener resultados favorables. Te frustraras, tal vez odies al mundo y te jures a ti mismo que jamás te volverá a suceder. Pero un día, a cualquier hora, te encontrarás con esa sonrisa, silueta o forma que no comprendas pero querrás estudiar a detalle, al final sabrás que has vuelto a fallar; caíste.
La clave del buen escribir, al menos en poesía, es comprender que tal vez termines redactando algo genial que le guste a un millón de personas, pero que aquella en la que te inspiraste jamás pueda compartirlo.