Araceli Vellber

Poema.

 

 

No hay luz, más allá

vivir con la rapidez del relámpago

y el estrépito del trueno

suele acabar en una calma tensa,

pero,

saber que existes

es volver a recordar el sabor del otoño

la lluvia jugueteando entre los dedos

el primer frio

y el primero que fue capaz de estremecer mi cuerpo

y

si alguna vez vinieras

y no estuviera,

mírate el corazón

ponte la mano izquierda sobre tu pecho

y entre el intervalo de la sístole y la diástole

escucha lo que te dice.

Si no estuviera,

búscame allá, donde nos escondíamos del viento

cuando soplaba en contra y buscábamos refugio

para no enfriar nuestros labios.

Si alguna vez vinieras

y estuviera,

recuerda que todo podría haber sido mentira.