Las yemas de mis dedos se deslizan
sobre la epidermis de la piel caribe
y la dermis al crepitar la inhibe
cuando los vellos púbicos se erizan.
Al unísono el microcosmos danza
al rítmo del biorítmo de Uversa
en su cosmovisión Ella conversa
en términos, de la antigua usanza.
Del sexo terrenal no le es adversa
con el celeste Príncipe de Angona
que la recibe y purifica en Avona
y le dice: ¡\"TROTAMUNDA !, versa
de la Nova, donde estas inmersa
y, sacia tu sed con láctos celestial
a tu Divo peregrino comensal
entrégale la ofrenda y el placer
en sinfonía desnuda de mujer
y de jóyas, tus vetas de crystal \".