Olimpia117

ÁNGEL DE LA GUARDA

ÁNGEL DE LA GUARDA

 

Lágrimas rodando por tersas mejillas,

llanto inmerecido exigiendo justicia,

víctima de una desmedida avaricia

nacida de un monstruo de mil pesadillas.

 

Su vida de lujo e inocencia infantil

ha dado un giro cruel e irremediable

la nena sufrió una vileza execrable

de este demonio tan sucio y tan vil.

 

La niña es retada por el cruel destino

que pregunta si moriría con su captor

con tal de evitar que este horrible dolor

lo sufran terceros por éste mezquino.

 

Ella no lo duda y asiente con bravura,

es mas valiente que muchos soldados

que se rinden al sentirse derrotados

perdiendo la honorabilidad y la cordura.

 

Y cierra los ojos, esperando el final,

ofrece su vida a cambio de muchas

como otra mártir de las atávicas luchas

que libra incansable el bien contra el mal.

 

Pero no está sola, aunque parezca

la vida no la abandonó a su suerte

la bestia ha invocado su propia muerte

que será rápida... aunque no la merezca.

 

Su ángel de la guarda vigilia lejano

encarnado en un cazador infalible

con mirada fija y temple inamovible

listo para expulsar al demonio profano.

 

El cazador será piadoso con su presa,

por versatilidad mas no por compansión,

cortará de un solo tajo el rojizo telón

que la bestia conoce como \"cabeza\".

 

Y lo cumple, en un baño sangriento,

de vísceras, huesos y materia gris

arrancando la vida del maldito infeliz,

sólo un violento detiene otro violento.

 

Se abre el infierno para los captores

los malos caen como títeres inertes

rápidas y precisas son sus muertes

pues estaban rodeados de cazadores.

 

El silencio se interrumpe por susurros,

llantos ahogados y suspiros de alivio

ha acabado al fín el terrible martirio

algunos agradecen entre murmullos.

 

Los demonios existen en forma carnal,

destruyendo vidas con avidez infinita,

de vez en cuando su carrera maldita

los detiene de golpe una espada angelical.

 

Mi espada es una bala desde la distancia,

mis alas una mira telescópica y un cañón

soy ángel segador que no conoce el perdón

y ángel de la guarda de la tierna infancia.

 

-OLIMPIA 117-