Javier Arias

Espera

Sentado inútil,

con el corazón ardiendo,

con los dedos rápidos,

y los ojos inquietos...

 

Sentado inútil,

recorro el teclado,

para matar el tiempo

y exorcizar el miedo...

 

Sentado inútil,

he perdido el anhelo,

he perdido las ganas,

he perdido el deseo...

 

¡Tú me has condenado!

¡Tu estúpido silencio!

¿para qué me llamaste?

¿para qué me quisiste?

 

Sentado inútil,

esperar tu regreso

al menos por un día,

al menos por un tiempo.

 

Sentado inútil,

se me va mi esfuerzo,

de mil modos trato

de matar el tiempo.

 

Nada me sosiega,

nada está en silencio,

yo sentado inútil,

yo ya no me tengo.

 

Ya sólo unas horas

estaré inquieto,

cuando acabe el día

te olvidaré, ¡lo prometo!