Nadie tiene el alma
Más pura que la del recién nacido
Y la alegría más onda
Que los padres al ver el fruto de su amor
Son sus hijos la esperanza
El amor convertido en carne
La fe vista físicamente
La armonía hecha risa
Por ellos bajan el cielo
Y Suben el mar
Remontan a lo más alto
Y descienden a lo más profundo
Son sus hijos
El motor de su vidas
El motivo de su alegrías
La razón de su ser
Suministran el amor que merece
Las caricias que se necesitan
La corrección que se requieren
Y enseñanzas grandes lecciones de vida
Preparan a sus hijos
en el camino de la vida
y la independencia
y la madurez
A mirar al futuro con esperanza
A prepararse para el presente con agarre
A recordar el pasado con alegría
Y amarlos como sus padres
Dar a sus hijos sus pensamientos
Dar por ellos una plegaria diaria
Los bendicen en cada paso que dan
Y los apoyan en cada misión de la vida
Extiende sus mano cuando caen
Limpian las heridas de su corazón
Sosteniéndolos en los momentos de tristeza
Y consolándolos en la desesperación
Para que así brillen con luz propia
Enseñandoles a otros con orgullo
Recorrer su propio camino
Y miraran su pasado con añoranzas
Y cuando todo eso pase
Miraras a lo alto con orgullo
Porque tu misión está completa
Ser los padres de tus hijos