Allí donde el aire tiene sonido
y las aguas no saben de quebrantos,
donde las flores cubren con sus mantos
puedo soñar contigo lo vivido.
Te sentiré junto a mi estremecido
escuchando solo tus bellos cantos
descosiendo el pasado de espantos,
pues las penas se habrán escabullido.
Mas, por el sabor de tus labios divos
saborearé el néctar confidente
que me dará tu luz resplandeciente.
Así volaré en vientos fugitivos
para ser cada noche diferente
con tus estrellas brillando en mi mente.