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Y después del día en ocaso,
llega la oscura y temible noche,
que se viste de gala en traje oscuro,
desde que el cielo pintó en gran derroche,
una oscuridad que penetró con estrellas de luces,
y se viste de noche la gran noche,
que por hoy con claras nieblas,
se cruzan en mi senda como un espectro alucinante;
el velo de la noche oscura,
que se viste de “glamour”,
en la triste noche clara de tinieblas,
y como un ónix en dix deja en sentir,
su fuerza como un gran y único talismán,
y su cuerpo en un horroroso abismán,
se queda en fuertes alucinaciones,
inconclusas de miedos adyacentes,
de terrores sin mas que ver el velo de la noche…,
triste como tus ojos de llanto al sentir más el trasnoche.
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