Querido veintisiete de agosto,
tan querido como incomprendido
Asustado y misterioso.
Oh, querido veintisiete de agosto
Las alegrías jamas que llegué a tener
Y las veces amadas que pude ser.
Pero, a veces, no es cosa de dos
si no de dios.
Que pone kilómetros entre personas
que se quieren a centímetros.
Cada vez que miro al cielo,
y veo el color radiante del sol como tu pelo,
o el color de las nubes como el dule color de tu iris
Creéme, que es entonces cuando maldigo los kilómetros que
nos separan, que hace que no pueda besarte a cada minuto
Y, te quiero hasta cuando te crees diminuto
sin saber que tu poder;
puede llegar a refortalecer,
todas mis inseguridades.