En la espalda y sus insólitos caminos
mi mano tu piel ha transitado,
mis dedos son suaves remolinos
que erizan tu piel de lado a lado
y en breve y delicada sacudida
desprenden tu blusa de seda;
dejándote libre y enardecida,
mis brazos hacia tí se extienden
Deteniéndose en la cintura
brindando caricias circulares,
marcando línea a línea
tu hermosa arquitectura,
descubriendo todos tu lunares.
Al caer la falda a tus pies,
al fin desnuda frente a mi
libertad e independencia muestras
sin vacilación ni duda,
sólo serenidad y atrevimiento.
Mis ojos en tus ojos fijos,
tus manos en mis manos
se arropan insistentes;
suaves tactos que causan regocijos,
lentas fricciones y espasmos frecuentes.
Aproxímate más, cúbrete entera
de mi sensualidad al tocarte,
encadéname a ti y entrega la rosa,
dame un beso total y pleno
de tal manera que resulte eterno.
Quédate en piel y desnuda el abrazo
acerca tu piel a mi corazón latiendo,
introduce tu lujuria a mi regazo
anegando mis ganas internas
de seguir marcando de besos tu piel,
y que el ímpetu, el gemido,
los sudores dirán que eres mía;
y así seremos mutuamente posesores
de un amor a flor de piel.