escarbé las cenizas y colillas de cigarro, con las que contaba el tiempo
al fondo de las botellas vacías, pise los trozos de vidrio de los vasos rotos
me llamé a gritos en el silencio del teléfono desconectado
no me encontré, ni detrás de mi reflejo en la oscuridad de un monitor
supe que no estaría colgando de las llaves pegadas fuera de mi puerta
me he buscado por todas partes de mi casa y de mi propio cuerpo
no me encuentro ni en mis pensamientos, ni en el deseo de encontrarme
los relojes se han detenido todos
las vitrinas no lucen más colores que las sombras de lo que he bebido
ya no se si es aire lo que respiro o si es que me hace falta siquiera
abro y cierro los ojos, siempre en el mismo día que no amanece ni anochece
justo cuando me he cansado de buscarme o, más bien, me he olvidado de hacerlo
miro los relojes detenidos, todos en la misma hora y apuntando al fondo de sus carátulas
ahí, debajo de las manecillas, es precisamente donde me encuentro varado
no supe de donde he caído ni como fue y veo la esperanza de seguir andando detenida sobre mi cabeza
trato de dar una paso hacia un minuto más en mi vida y es un paso que me cuesta más que ningún otro minuto vivido
como si fuera contra corriente o contra el tiempo, que me dice que ya no me corresponde, que he muerto ya
y antes de siquiera despegar un pie del suelo me doy cuenta que después de este minuto vendrán muchos más
que no estoy listo para seguir, que ni siquiera estoy de pie, que los relojes no andan más para mi
que se detuvieron y no hay nadie quien pueda darles cuerda
y dejo caer mis últimas fuerzas, dejo que se pierdan saliendo en un último aliento
cierro mis ojos y mi cuerpo a la vida y dejo que mi cuerpo caiga sobre si mismo
detengo las ideas y los recuerdos, todo es silencio, frío y muerte a mi alrededor
de pronto, en mi garganta brinca un sabor amargo seguido de un dolor como agujas
y en mi pecho empuja desde dentro un latido fuerte, molesto, iracundo
siento la sangre golpearme la cabeza y sin quererlo abro mi boca, tragándome un grito
un aliento que grita hacia dentro de mi, que me levanta de un salto y ciega mis ojos
estoy de pie, al borde de una elección, al borde de un salto sobre un cuerda floja
y salto, hacia un minuto más, mientras caigo miro las horas que vienen
se que volverán a detenerse los relojes, volveré a olvidarme de mi, a perderme,
a pararme en la cuerda floja y volveré a obligarme a tomar una decisión
que podré acabar mi vida en otro momento o saltar hacia un minuto nuevo
y salto
hacia una vida que no conozco, que no es la misma, que es una nueva hora
que no es momento de un punto final;