Naces y haces realidad mi anhelo,
Vives, y palpita mi sangre por tus venas,
Creces con la hidalguía y sabiduría del anciano
Pero tus ojos reflejan al niño.
Que lindo!
No concibo mayor suerte
Dios me ha premiado al enviarte
Para ser mi primogénito.
Eres mi niño grande
Por eso siempre estas en mis suspiros
Viviendo entre mis besos
Entre mis oraciones
Y en el anhelo de volver a ver
La mirada de mi niño que ha crecido.
Gracias mi gordo bello, por llenarme de tus días.
Facoli.