Tan sencilla como gota de agua
en un día de plena lluvia
con su sobrio carisma
y su verdad bajo el brazo
Nunca se ufano de nada
era la rosa encarnada
por su cariño entregado,
no mirando de lado
sino siempre de frente.
Con su rol potente.
Puso orden en las filas,
como caricia fina
llamaba la atención
Que Dios te tenga al frente
para que mire tus ojos.
Libro de la verdad
defensora de despojos.
Te dirá me diste de beber
cuando el sol me agotaba
en los pequeños niños ahí te miraba.
Entra al reino de la paz
y que la luz te ilumine
que siendo negra tu faz
en bondad reluciras.