No bastan los nueve meses
que formó parte de ti
y que le parieras, si
fuiste madre sólo, a veces.
Tildaste de pequeñeces
sueños que tuvo tu espiga.
Maltrataste con la intriga
misma del padre adoptivo,
despótico y abusivo,
sin que te hicieras su amiga.
No basta que la educaras
con un sentido obediente,
ocultando a tanta gente
las huellas que le dejaras.
No importa manipularas
su resistencia al dolor,
ni que le hicieras peor
la conquista de su cielo,
si ella despega del suelo
con las alas del amor.