Tengo un set de agujas de jeringas, de relojes.
Tu no sabes decirme cuantos relojes debo esperarte.
Nadie quiere decirme con cuántas agujas pincharme.
Nada, en la vida que queda, avanza a pasos veloces.
Nada en tu esencia,
en tu presencia,
en tu ausencia,
en tu consistencia.
Las agujas del reloj entran por mis venas
inventándome otros mundos en blanco,
en paredes y en vientos huracanados
que sacuden las reales lágrimas de mis penas.
Y no hay nada en tu esencia,
en tu presencia,
en tu ausencia,
en tu consistencia.