Te confieso mujer que eres la medicina que cura mi alma, mis quebrantos y que con el hablar sanas mis heridas. Eres tú mi medicina perfecta que con dosis de tu hermoso amor hace latir aún más mi quebranto corazón.
Eres la dosis mi amor que necesito día, día, noche, noche y hasta incluso en las madrugadas eres el rayito de luz en mis mañanas, eres mi medicina mujer que con una dosis de tu amor sanas mis tristezas y lágrimas.
La medicina perfecta que alivia cada agonía, que con su dosis y hasta sobre dosis de amor hace palpitar mi corazón y dándole mucha más vida. Con una dosis de amor, que me da esa mujer podre vivir aún mas mucho por el resto de la vida con mi medicina preferida.