Elegía
Serpiente que se escurre entre palabras
de varios heterónimos fingidos,
desdicha afortunada de sus alias
que viven de la gloria convertidos.
Desdobla su persona ya proscrita
y encuentra al desengaño por amigo.
Rastrea por los vientos de ceniza
y absorbe en las colmenas de las letras,
la flor de la melaza derretida.
Cumpliendo con tristeza su promesa,
recorre su destierro desdeñoso
por mundos que se acercan y se alejan.
Veredas de un desierto pedregoso.
Chumberas espinosas que lastiman,
rompiendo y desgarrando, su auto estima.
Cecilio Navarro 01/09/2015
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