Hostil cordialidad
sorpresa reticente
saludos indispuestos que se dan sin la mirada
quisieran despedirse
prefieren evitarse
Pregunta ensayada, respuesta predispuesta
y el telón de la sonrisa cae por su peso
como un busto inacabado
como un fardo oneroso
Sospechosa cortesía...
Los gestos quejumbrosos
maquillados con la diestra
y miradas fugitivas a siniestra
con cada lisonja desganada
con cada contacto indiferente,
y el diálogo mecánico se desgasta
a la vez que se renueva.
Un nuevo saludo con olor a despedida
culmina el cotejo sin haber si quiera comenzado
Y la misma sonrisa
como esquema de fantasma
y el mismo vacío ausente
definitivo
a la espera de dos nuevos contrincantes.
Cada incauto sigue su camino
el uno
con el amargo sabor a falso compromiso
el otro
con la insegura desconfianza
del que miente a su confianza.