En un sahumerio de momentos
se desplaza un templo
usurpado por ángeles negros,
se cae el cielo, en un líquido espejo
está el reflejo, el testimonio.
Traga fuego una garganta seca
en tierra de sangre un escupo cae,
suena el aquelarre de brujas en el bosque.
un chivo o una virgen a saciar su baile.
Hay una marca en el cuello
cobra el luto al puerto
desde ahí quedaron sus ojos,
la mirada ida en la apuesta al sol
un coro que hiela el viento.
El lumpen insuficiente de sentimientos
roto borracho, héroe anónimo
confusión hecha materia, angustia de talento
de un aplauso, de un te quiero.