Sigue el pueblo apostando muertos
en la mesa de este casino
mientras los emperifollados funcionarios
se siguen inoculando la droga
de que mañana será mejor
y aventando la culpa
al patio del partido opositor
Sigue la sangre tiñendo nuestras calles
desbordando el cauce de mi corazón
mientras me siguen diciendo
que la cárcel es la solución
Mientras los monos siguen en el balcón
intercambiando nueces
de un lado al otro del callejón
esas nueces de odio
impregnada de intolerancia,
de soberbia y de ambición
Sigue el pueblo pariendo
en un aborto que parece menstruación;
cada cual muere por ideales
que nunca coronó
unos por unos pesos
otros por un error
otros por una pasión
pero al caer sobre la senda
todos caen igual
¡Pobre tú que ante la violencia
siembras más violencia!
temor o inseguridad,
te vuelves cómplice necesario
o muñeco sin sentido ni razón
de esta tonada macabra
que me la han dicho canción