Nos dio el aldabonazo en la conciencia
la imagen de infortunio desgarrada,
del niño que llegó muerto a la playa
huyendo del horror y la miseria.
El cuerpo diminuto desangela
el alma de la gente acomodada
que ven la intensidad y enorme drama
de humanos que reclaman asistencia.
La angustia del terror los hace huidos
al éxodo masivo en la escudriña,
de amparo y acogida sin remilgos.
Y encuentran con dolor en su retina,
la vieja Europa de los grandes mitos
que está parapetada, en concertina.
Cecilio Navarro 03/09/2015