Te pido, Padre querido,
Un poco de compasión,
Que acabes con lo podrido
Que vive en su corazón;
Humanos, tan inhumanos,
Que abusan de su poder,
Que humillan a sus hermanos
Con prepotencia y placer;
Les des al fin a estos seres,
Tan corruptos y nefastos,
Inmersos en sus ayeres,
Rompiendo todos los trastos;
El castigo, sin piedad,
No merecen protección,
Esclavos de la maldad
Y de voraz ambición;
Que retorne la justicia,
Que se retome el amor
Que paguen tanta malicia
Con merecido dolor…