Pepe Pnca

58. RELATO

 

 

58.

 

 

DE VUELTA DE LA GUERRA

 

 

Un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam le hablo a sus padres desde San Francisco.

 

- \"Mamá, voy a casa, pero tengo que pedirles un favor. Traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros\"-. Dijo el soldado.

 

- \"Claro nos encantaría conocerlo\"-. Dijo su madre.

 

- \"Pero, hay algo que deben saber - El hijo siguió diciendo - Fue herido en la guerra: piso una mina y perdió un brazo y una pierna. No tiene a donde ir, y quiero que se venga a vivir con nosotros\"-. Terminó por decir.

 

- \"A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde se pueda quedar. Alguien que este tan limitado puede ser un gran peso para nosotros. Pienso que deberías regresar a casa y olvidarte de esta persona. Él encontrara una manera en la que pueda vivir solo\"-. La mamá le repondió.

 

En ese momento el hijo colgó el teléfono. Los padres ya no volvieron a saber de él. Días después recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto: había caído de un edificio.

 

Los padres, destrozados, volaron a San Francisco y fueron llevados a que identificaran a su hijo. Lo reconocieron y descubrieron que tenía un brazo y una pierna.

 

Los padres de esta historia son como muchos de nosotros: encontramos muy fácil amar a personas que son hermosas por fuera o que son simpáticas, pero no a la gente que nos hace sentir alguna inconveniencia o incomodidad. Preferimos estar alejados de personas que no son hermosas, sanas o inteligentes como suponemos serlo nosotros.