La ventana abierta
me desconcierta,
se mete el frío,
me deja aturdido
y me despierta.
Estaba soñando
que estaba nadando
en una piscina,
y debajo de la cobija
me estaba congelando.
Creo que el viento
con ligero movimiento
abrió la ventana
y el frío de la mañana
entró al aposento.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela