Llego el atardecer celeste,
Paraíso que no quiere contenerse,
El sol se despide de la luna,
Con un beso dice hasta luego,
Se sonroja y se llena de pena.
Las estrellas se sonríen,
Las nubes sienten celo y lloran,
La paloma hace duelo,
Porque no encuentra consuelo,
En el suelo donde mora.
El mar embravecido eleva sus olas,
Color que atesora, azul turquesa,
Princesa hermosa que llora
por el amor deshojado
Arena afortunada
que salta hasta la ribera.
El Mar dice, ¡Hola!
¡Qué bella orilla!
Replica: retira tu sal,
Te pido de rodilla,
Vamos a danzar, el mar invita,
Espuma que la rodea,
Y la viste de novia de blanca fortuna…
Sinfonía que con el viento,
Se siente que visita,
Águila que en tierra se desliza,
Por setenta primaveras,
Cuando llega a los cuarenta,
Ya no agarra tu presa,
Precisa tomar conciencia,
Y renovar su vestimenta…
Vuela alto, muy alto,
Hasta la cima de una montaña,
Y con sus huyas se desnudas,
Duro, proceso que dura,
Ciento cincuenta jornadas.
Una mañana abre sus alas,
Es pulga su nuevo plumaje,
Y emprendes su viaje,
Dándole un homenaje Di-os.
Por los treinta años que le regalo,
Canta al horizonte
que la inspira a tocar el ocaso,
Y olvidado todos sus fracasos,
Se eleva al infinito
que la arropa con sus brazos...