A la mitad del día no se mira la noche
ni viendo el horizonte se mira la simiente
tú que estás conmigo y yo no te conozco
si acaso sé tu nombre que mi labio destila
inclusive es tu piel la que alebresta el alma
la que esparce el sudor
la que desnuda y calla.
Me gusta cómo eres cuando la luz se apaga
cuando siento tu seno hundirse entre mi mano
¿no sé…? ¡No sé! Cuanto te quiero
que se escasean mis besos
por miedo a que se acaben.
Jamás habrá una historia escrita de nosotros
porque nadie ha sabido el secreto que escondes
-dame tiempo- Dijiste. Y hoy lo he concluido.
Por eso te suplico: ¡amor no te demores!