Por favor, deja que me vaya,
como se va la luz del sol,
que no te causa daño, si acaso,
un poco de desilusión.
Deja que me esconda,
como se esconde la lluvia,
que después de haber caído,
no sabes donde quedó.
Deja que me aleje como se aleja el viento que besa tu pelo,
y que parece que se va cantando,
y tu no sabes si lleva duelo,
y nunca supiste,
ni sabrás por cual camino se fué.
Sí, deja que me vaya como la hoja del árbol,
que por no tener ya fuerzas...
se ha despegado;
y dando vueltas y vueltas,
así se va acabando.
¡Jamás vuelve a la rama de donde ha caído!
Deja que me apague como la sombra del árbol,
que al salir el sol, es joven,
y conforme alcanza lo alto,
su misma luz, la va acabando.
He dicho, deja que me aleje,
mas no he dicho, deja que te olvide;
por que así como la tierra mojada, germina la semilla,
del mismo modo, tu vivirás en mi vida.
Autor:Bernardo Arzate