¡Tengo achares del aire que respiras,
de la gota de lluvia que te toca,
del delirio de amor cuando deliras,
del contacto del beso de tu boca!.
¡Tengo achares de todo lo que miras,
y siento que mi alma se desboca,
que me siento morir si tú suspiras
y de achares me estoy volviendo loca!.
Me dices que me amas; yo te creo,
mas siento escalofríos si te veo
con la mirada puesta en otra parte,
que no sea mis ojos encendidos
ni mis labios en flor a ti rendidos.
Porque, mi amor... ¡yo sólo sé adorarte!.