¿Si en el cielo hay señales Que nos marcan el camino,
Será entonces el destino El causante de mis males?
¿Si ya estaba establecido Nuestro camino a seguir,
Será un drama el vivir: El ganar o haber perdido?
¿Si ya estoy determinado Por los genes de la vida,
Puedo ser un homicida o, tal vez, un iniciado?
¿Será entonces un engaño Ese llamado albedrío;
Este loco desvarío No te ayuda ni hace daño?
¿Cada uno está marcado Para gozar o sufrir,
Para llorar o reír: Triunfar o ser fracasado?
¿El conductor de tal hado Ya sabe bien el final,
Lo infernal o celestial, Ya tiene todo apuntado?
¿Dó queda la voluntad, El afán de ser mejor,
Esa muerte o aquel amor, Tan sólo son vanidad?
¿Será entonces mi agonía Una escena ya esperada,
Con acotación marcada: (Ya sin fe y sin alegría)?
¿O tal vez ese destino Si se puede transformar,
Y si se puede cambiar Una flor por un espino?
La moneda a conseguir, ¿Será entonces el amor?
El afán de ser mejor O nuestra verdad seguir;
¿Será entonces la fe O tal vez esa esperanza,
Que me darán la confianza De que algún día saldré?
¿O será la caridad, El anhelo de justicia
Rechazar toda inmundicia Y procurar la bondad?
¿O quizá sea el desapego De la gigante ilusión,
Depurar el corazón con el rezo y con el ruego?
Y cuando al fin yo comprenda que siempre debo ayudar,
Sin jamás condicionar, tal vez, en la escala, ascienda…