¡Desnuda fluyo inexplicable
sobre la roca secreta de tu silencio!
¿Cómo crece la penumbra entre los dos?
¿Cómo cae la noche
hacia otra noche y hacia otra…?
Fruta lustral invocándote,
toda lámpara del deseo
que no duerme,
porque lucha solitaria
contra la sombra.
¿En dónde comienzan
los sonetos plurales de tus manos?
¿En dónde comienza
el silencio devorado de tu cuerpo?
¿En dónde culminas tú,
y en dónde culmino yo,
noche tras noche
y más allá del sueño?
Nuestra sed vaga perdida
en la madrugada,
en cada espera,
y en cada latido,
y en cada secreto.
Amotinados los dos
entre los laberintos
cumplidos del silencio.
Amor…
¡Cómo inventarnos
como un frutal que cae,
insondable y ceñido
brisa a brisa
sobre mi cuerpo y sobre tu cuerpo!
Dame esta noche,
toda esta noche
libertad de soñarte.