Aquí al borde, en la costa, yazco sentado
en un gris ennegrecido me envuelve el horizonte
y mi meditar se interna en tantas y tantas cosas
que en segunderos pasados viven en el presente.
Hay muchas por solucionar
y entre ellas ésta soledad Poética
que gotea letras armando palabras y versos…
No puedo esconderme detrás de lo que escribo
aunque tapa un poco
la extensión de la preocupación,
la nostalgia y la tristeza.
Es como un tic nervioso
mi sonrisa en disimulo
que contribuye a aliviar
un tanto la pena;
hace juego con la lejanía de la mirada,
perdida en la parte posterior del horizonte;
y el amor…
que no me llega…
A.Maestre