Un destello iluminó mi cielo,
cuando menos lo esperaba,
mil estrellas cantaban,
una dulce serenata.
Tibia noche de primavera,
brillo de luna llena,
embrujo de los amantes,
sentados a la vera,
de un camino sin nombre,
de un lugar cualquiera,
sin distancias que separen,
dos almas que se anhelan.
Una historia de amor,
comienza con una mirada,
el latir del corazón,
se siente en la distancia.
Uniendo así las ansias,
de dos amores sinceros,
que a través de un lucero,
recorren el universo.
Y hacen llegar sus versos,
sus tiernos versos de amor,
a ese otro corazón,
que espera ilusionado,
escuchar la voz del amado,
y así elevar su canto,
y juntos llevan encanto,
a las galaxias del mundo entero.
MARIA HODUNOK.