Hay tristezas que no se pueden describir con palabras, éstas no abarcarían todo el sentimiento que nos ahoga el alma.
Hay tristezas que no se pueden dibujar con colores, éstas sólo podrían teñir de negro el pesar que se carga en el alma.
Hay tristezas que no se pueden versar con poemas, éstas solo habitan en el pensamiento que taladra el alma.
Hay tristezas, hondas tristezas, que despuntan a toda hora, tristezas amargas, tristezas que nos dejan sin poemas, colores y palabras.
Esas tristezas son por tu ausencia mi amada, mi hermana querida, mi Negrita del alma. La fiel escucha, la consejera sana, bondadosa, solidaria, la Negrita de todos, la poeta enamorada.
Esas tristezas, no querrías que habitaran, no podrías permitir que se me inundara el alma de agonía y de interminables lágrimas. Y sé que volveremos a vernos, mas yo apuro mis mañanas, cuando el sol despunta en el horizonte, me llega tu LUZ, Negrita amada.
Desde el más puro lugar donde albergo sentimientos exclusivos para gente que amo, llegue a ti este sentir mío, querida HERMANA.