Llegué sin ciencia ninguna de rima ni regla!
Desde aquel momento me entretuve cogiendo semillas
Latiendo mientras hubiese canto,
durmiendo entre la paja y el viento
Seres incógnitos me trajeron sonidos tan disparates
tan atolondrados...
buscaban el buen camino para llegar hasta ella
porque no se puede ser poeta ilustrado y de pluma
si no está allí la Musa!
Mi Musa es aquélla
de pelo violeta y vestido amarillo (muy arrugado)
casi cincelado en seda,
(seda de gusanos y no de probetas)
Mi loro, color verde, azul y rojo con matices de gris
me escribió con su pico encorvado
dos pequeñas letras en mi brazo izquierdo
fueron murmullos de loro, no tuve instrumentos para descifrar,
pues eran dos letras en idioma extranjero, escritas por un loro
casi extra terrestre , que no extraterreno, pues
a esas alturas, ya el desvarío era magno
buscando el sentido a la música cogida en el fondo
de una caracola blanca y esencia rosada
que traía visiones de musa
con su cabello violeta y su vestido amarillo cincelado en seda
Fui a los imperios de la fantasía
do quiera que fuese, no había sonido, no había castañas
para sacar con la pata del gato, que batallaba su instinto para no engullirse al loro,
escritor de signos foráneos sobre mi brazo izquierdo
no había nada de lógica, pues solo metralla
y niños ahogados, y madres gritando
y abuelos muertos antes de su tiempo,
y monumentos a la más alta estupidez humana.
El poeta, sin Musa, con cabello violeta y vestido
amarillo cincelado en seda,
podía seguir buscando
a descifrar signos de loro escritos en su brazo izquierdo
Nada se conservaba, todo se fundía en tanta ilusión
divina
Los escritos, aquéllos los más sagrados,
construidos a punta de historia por millones de hombres y el mismo ADN
tampoco se descifraban, aún menos que signos escritos
por un loro con plumas verdes y azules
y su larga cola roja... en mi brazo izquierdo!
Pareciera ir a sestear era mejor,
que en los sueños, los más oníricos, toda fantasía
esta permitida, que existan monstruos
que ahogan a niños, que ametrallan madres, que rompen los huesos
con sus botas y matracas
y que acorralan seres
muros afuera ...
Como humano ya somos como el caracol que se refugia dentro
y como poeta junto a su musa de cabello violeta y vestido
amarillo cincelado en seda
esa de gusanos y no de probetas
es mejor acostarse en lecho de sueños
y soñar a soñar soñando Sueños
que nos permita mirar de reojo aquello lejano
que no tiene ninguna metralla, ni muro, ni bota, ni estupidez humana o divina
que puedan arrebatar al poeta su Poema,
aunque desierto esté de la Poesía!