Donde sin principio ni final
Se lleva en la piel sin tocar,
a través de la luz
de unos OJOS
que conoces, que recuerdas, que te miran, te sienten y te tocan,
Con el poder de una fuerza
que llevas en los años,
en los días sin noches o en las noches sin días,
con prisa pero sin desesperar,
Con paciencia pero con ansias
De ese día volver
A tus ojos, a tus brazos, al calor de tu voz,
A la sonrisa eterna
A la calidez de tu cariño
Que no sé cuando comenzó y espero que nunca termine.
Vera Alexssan