Diana.Elizabeth

1:31- 2:12

Y a esta alturas

cuando el cielo se hacía mar

y el mar era sombra 

y la sombra era noche

mi mente confundía ya

la pura realidad

y los pasos...

los pasos eran como pisadas de gigantes

fuertes, resonantes.

No me dejaban respirar

Porque las pisadas rápidas

son como el huracán que todo carga

y deja lo esencial.

Que los pasos no me lleven a la primavera

antes de que ella llegue a mi.

 

El cansancio era un reto

yo que andaba con dos pies 

encontré un bastón

me compartió tranquilidad

 aprendí a reposar.

y debo admitir

que los bastones son un peligro hermoso

son el descanso del cojo

pero casi todos los cojos

se acostumbran a cojear. 

 

Es innegable

todos cojeamos de algo.

Ahora que lo pienso

son a estas alturas de la noche

cuando el cielo se hace mar

que mi cuerpo ya ebrio y sin bastón

se pone a recitar

esta poesía que aunque trate

no logra rimar.