Un joven al extraño le explica:
Antagónica es nuestra naturaleza,
el espíritu polarizado está
la razón busca lógica, no repudia ni exenta
predomina la prudencia,
el corazón es etéreo,
indulgente y resentido
es tan frágil por un lapso,
y de piedra de inmediato
El octogenario le replica:
Si la razón fuese la que prevalece
nuestro sino sería infausto,
tan predecible y funesto,
un parto supurado
Si el corazón únicamente decidiera
los científicos mudarían en poetas,
montón de mentes ofuscadas de conmociones,
fatigados los pelotones
La dualidad es parte del espíritu,
con un esporádico modo de concretar
lo que primero en su mente imagina
su accionar el azar decidirá.