Dale sonidos a mi silencio.
Toma mi boca e inspira también mi mano.
Diré contigo: "la vida es poema;
cantan sirenas y libélulas;
riman dolores y miserias".
Pero el amargo no importa:
igual tienes canto para todos,
aunque ahora terca calles.
Cantemos una oda: tú eres experta.
Bailemos un poema: eres toda danzas.
Yo dispongo mis dedos y mis labios salvajes;
tú, tu plenitud de consonancias.
Palabra, no eres como las otras.
Reinas a la izquierda del hipotálamo
y también a la derecha: ocupas todos
mis pensamientos.
Eres la voz de mi razón y mis sentimientos.
Palabra, hagamos esto:
dame tus imágenes y metáforas,
dame tu sonoridad, tu voz, tu canto.
Y yo me comprometo a liberarte del silencio.