Yo he porfiado con quien nunca, ya lo sé,
se ha mirado de frente en el espejo,
no oyendo a los demás ningún consejo,
creyendo que tan sabio yo era y que
eso sonaba a viejo.
¡Más que listo! a mi mismo me decía,
que aunque tú no seas dios ni aún satanás,
tampoco eres del rebaño uno más
y un poco más sabiondo cada día.
¡tú sabes dónde vas!
Tan creído y fatuo fui, ¡pobre de mí!
que jamás alcancé a llegar muy lejos
¡si atento hubiera estado yo a los viejos,
ahora estaría cantando el do re mi
en miles de festejos!
Si volviera a nacer, recorrería
este mundo marcando el paso a paso,
en lugar dormiría al cielo raso
y a la luna yo allí la pintaría
del color del parnaso.
Si volviera a nacer lo que yo haría
es mirar a la vida de soslayo,
hablar como si fuera un papagayo
y a quien me viera mal, sonreiría,
gitano fuera o payo.
Si volviera a nacer aquí prometo
vivir la vida haciendo travesuras,
despreciando a las duras o maduras,
pábulo no otorgando a ningún reto
y aún menos a los curas.
Si volviera a nacer, si yo aún pudiera
me lanzaría al mar pegando un brinco,
besaría a las olas con ahincó
hasta lograr que en ellas floreciera
una rosa y un cinco.
La rosa es la experiencia que he vivido
y el cinco son los años que me quedan
que debo de estirar mientras se puedan
buscando el provocar el mayor ruido
que pueda y que transgredan.
©donaciano bueno.