Mientras te miro
tu sudor cae despacio,
recorre tu piel;
tus movimientos llaman,
tus gestos incitan,
pero tu soberbia
disfrazada de sensatez,
otra vez te niega vivir.
El fuego lo consume todo,
la pasión solo lo deseado,
te invito a caminar
por los sueños
lejos de todos prejuicios,
y a descansar
en el cansancio
divino del placer,
en un solo aliento,
y sin palabras.