nellycastell

¿Dueños de qué?

 

 

 

 

Dueña de mi destino,

aún no lo sé,

quizás lo sepamos alguna vez.

Abandonando la fertilidad

de la inocencia,

me vi un día dueña

de la distancia

que deja uno atrás

al pasar la frontera

de los sueños

calcinados por la espera.

Porque se nublan los ojos

con lágrima derramada

ante tanta tierra

con aromas de mañana

que dejas allá.

Yo era dueña del surco

que se abría,

de la tierra color de sangre

y era dueña del regadío de amor

que había en la mirada mía,

al mirar tanta distancia

que se cultivaba,

sin saber que

recogería de la cosecha,

¡un adiós entre mis manos!

Yo fui dueña de mi destino

y me encaminó,

por donde dicen...

que había un paraíso

de esperanzas,

pero lo miro roto

por tantas añoranzas.

Donde sólo existía

el sueño de llegar,

sin importar

lo que dejábamos atrás

que era mucho más

que una propiedad.

Hoy me pregunto:

¿dueño de qué somos?

Que no sea más

  de una distancia,

que se arropa en las ansias

de un volver.

¡Qué no sé ya, cuándo

la volvería a ver!

Dueña de una distancia

que nos divide.

Y de un deseo acumulado

en el tronco de la espera,

pero que mi alma

entre tanta maravilla no lo concibe.