Hay un utensilio de cocina
muy criollo por demás,
el que mamá Josefina
no olvidaba jamás.
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Es el famoso machacador
con que los ajos trituran,
para potenciar la sazón
y lograr más sabrosura.
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Abuela deme los ajos
que yo le hago el favor
de ayudar a triturarlos
con el viejo machacador.
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No hace falta ni lavarlo
sólo agua y nada más,
porque siempre huele a ajos
después de lavar y lavar.
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Ese viejo mortero
hecho de cruda madera,
es el eterno compañero
en la cocina de abuela.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela