PETALOS DE NOCHE

A ella... [Poemas del Alma]




Érase una flor tupida en un paraíso desconocido
donde nada era conocido,
y todo era conocerse y expandirse,
habían estrellas y criaturas
habían eventos y contraindicaciones sociales,
habían bestias y sensaciones varias,

como una flor creciendo y conociendo
el paraíso que se iba maquillando de pequeñas estrellas,
todas encendidas al filo de la oscuridad
y sonríendo a estallar entre la luz perenne de la esperanza
y a ratos complejas..., probando la solidaridad
entre tanta naturaleza literaria,

érase un flor poniendo mucho de sí
para maquillar un mundo que va creciendo
desde una velocidad alejada del tiempo
en esa velocidad de los latidos
y la inspiración que va renaciendo,

donde los aromas son perfectos
y los colores..., radiacción de las entrañas
el gesto más habitual de los poetas
que se van formando con libertad

ante los reflejos que se van yendo
hasta metaforizar el universo,

donde brilla cada vez más
una flor que no ha perdido ningún pétalo
ya que, sus ojos y retina
aún conviven en éste lugar,
donde su alma está guardada
en ese paraíso que siempre llevará
un gramo de su existencia
en ésos poemas, que me leí
cuando no la conocía,
pero, que siento que voy conociendo
a pesar que su lenguaje presente ya no esté
moviendo al universo de distancia...,


aún así aún persiste su alma
en este paraíso de locos, muertos, soñadores y mariposas que se van haciendo magia y alquimia a través de poetas, escritores y poetisas,

donde ésa flor escarlata y sanguínea, siempre me recordará a [Ella]
persistente en la memoria, en los sentidos
en mi aprendizaje íntimo de cuatro paredes
y también en la necesidad latente
de saberla siempre sonríente.