La tarde se acrecienta sobre el crepúsculo de teñidos brazos,
lazos de hojas muertas diagraman estrofas de candor sobre tus sienes,
la risa se refugia en una almohada de alondras y almizcles,
su aroma en ti se espesa, umbrales perceptivos me llenan de deseos,
naufrago entre tus besos, que llegan de ti en mí como suspiros.
El incienso consume sus últimos latidos,
dibujando imágenes que se esfuman a la orilla del viento.
Cuando la noche toda apaga sus primaveras,
penetra tu mirada como daga punzante sobre la carne.
Tu palabra inyectada de esperanzas
propaga la flama en mi, incendiaria...
No Te Amo para que llenes con tu Amor mi vida,
Te Amo porque así lo siente mi corazón y el alma mía,
al nombrarte destellos de fuego luciérnagas arden,
haciendo mecha en cada grieta,
sanando heridas...